Caminando vi una
rosa preciosa,
la miré fijamente con mis ojos,
ella tenía los pétalos rojos;
aquella era una rosa muy pomposa.
la miré fijamente con mis ojos,
ella tenía los pétalos rojos;
aquella era una rosa muy pomposa.
Volví a ver a aquella rosa preciosa,
donde se posaron dos petirrojos,
volaron hasta unos grandes matojos;
aquella era una rosa muy sedosa.
La rosa se paseaba
una mañana,
por un largo y
estrecho caminito,
para llegar a una
casa lejana.
Llegó a aquella
casa hecha de granito,
allí vivía su
apreciada hermana,
y comieron su
postre favorito.
Me gusta la descripción que hace de la rosa.
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